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lunes, 24 de setiembre de 2007

WIPHALA, SÍMBOLO INDÍGENA ANDINO

Por: Salvador Palomino Flores


Wiphala, símbolo andinoEntre los pueblos indios de los Andes, el Unancha (símbolo) más representativo y presente se llama Wiphala, la que en las Neo-Naciones-Estado se conoce como Bandera. La Wiphala es creación del pueblo, a través de siglos, quienes la han convertido en un Icono donde encierran su sabiduría y sus principios filosóficos. Algunos hermanos Amawta (sabios) aseveran que el nombre está compuesto por la voz Wipay, ¡Dar gritos de triunfo y de alegría!, y de la palabra onomatopéyica Laplapyay, que es el nombre de los sonidos que emiten los pendones al ser remecidos por el viento. Arthur Posnansky señala “la bandera del Inka se llamaba Wipfala”, y el boliviano Félix López Mamani nos dice “Carlos Urqizo S. confirma que la WIPHALA fue el emblema nacional de la civilización andina, antes y durante el periodo de los INKA”, agregando además “Sobre la existencia y el uso de este emblema probablemente sea desde la misma creación de TIWANAKU hace más de 2000 años”. Y, así, se corrobora que la palabra y el símbolo son muy antiguos.

Lo característico de la Wiphala es su composición preponderante con los colores del Arco Iris (Chirapa), y la gesta sagrada con mención de estos colores se remonta, según el mito que nos manifiesta el hermano Amawta Inka Waskar Chukiwanka, hasta los mismos principios de la generación del Cosmos (Pacha): “QHON Tiki Pachayachachi, la primigenia luz blanca del rayo cósmico, en forma de una gran serpiente con alas coloridas del arco iris, volaba por los cuatro puntos del espacio cósmico, y sacándose una en una sus plumas, convertidos en rayos serpenteantes con ellas hizo a las estrellas, al sol, a la tierra y a la luna. El QHONA (serpiente alada de fuego) había hecho el QHANA (claridad), con sus colores del arco iris.”. En este mito ya se observa la relación de los colores del Arco Iris con la forma cruciforme de la organización geográfico espacial del Pusisuyu (Aymara, y modelo de organización del Tiwanaku) y del Tawantinsuyu (Quechua), donde ambos significan “las cuatro regiones del mundo”, estados geográfica y políticamente conformados por cuatro regiones orientados a los cuatro puntos cardinales.

El Tawantinsuyu tuvo diferentes tipos de Wiphala, cada cual de acuerdo a las diferentes representaciones políticas. En primer caso, cada Suyu tenía su propia Wiphala, de un solo color, a saber: Qullasuyu, al sur, tenía una Wiphala blanca que significaba “el principio, el origen”; el Antisuyu, al este, una de color verde, que significaba “objetos y seres agropecuarios”; el Chinchaysuyu, al norte, una de color rojo, que significaba “conocimiento, sabiduría” y el Kuntisuyu, al oeste, una Wiphala de color amarillo, que significaba “espíritu y materia”. En segundo caso, había dos Wiphala de representación nacional, una con los siete colores del Arco Iris, y la otra, una Wiphala de cuatro campos que aglutinaba, en una sola, los colores representativos de cada Suyu. En tercer caso, cada Suyu tenía una Wiphala mucha más elaborada cuyo origen nos explica un otro mito: Manco Cápac, el primer Inka, observó en el cielo la superposición de dos Arco Iris, uno “masculino” y el otro “femenino”. Esta superposición originó un cuadrado en posición de rombo (llamado Kumisi en Aymara) que contenía 49 escaques, con los siete colores del Arco Iris nítidos en la diagonal (que ocupaban siete escaques), más 21 colores combinados a un lado del diagonal y que se duplicaban en otros 21 escaques en el otro lado. Cada Suyu, en la Wiphala inspirada en la Kumisi, han reemplazado los 7 colores nítidos del Arco Iris en la diagonal, con sus propios colores representativos; así, por ejemplo, veremos a la Wiphala del Qullasuyu como una Kumisi con una diagonal blanca. A las cuatro Wiphalas de las regiones las veremos iguales desde lejos, pero, de cerca, distinguiremos a cada Suyu por el color de las diagonales.

Cada Wiphala/Kumisi es una imagen del Tawantinsuyu, donde el estado confederado organiza su territorio (política y simbólicamente) mediante alianzas y, se desarrolla de una cuatripartición a una situación dual, para así llegar a construir objetivamente el principio dialéctico de la dualidad y el de la complementación binaria: El Antisuyu hace alianza con el Chinchaysuyu y forman el Hanan (el arriba) simbólicamente “masculino”, “derecha”, “sol”, “Inka”, y el Kuntisuyu hace alianza con el Qullasuyu y se convierten en el Urin (el abajo) “femenino”, “izquierda”, “luna”, “Quya”. Dentro de la estructura geodésica del Tawantinsuyu, al Hanan y al Urin separaban/unían un gran camino sagrado, el Qapaq ñan, que se desplazaba de sur a norte desde Potosí pasando por Oruro, Tiwanaku, Isla del Sol, Pucara, Cusco, Vitcos, Cajamarca y Tumbes, en línea recta. Los 49 escaques de las Wiphala/Kumisi, todas de diferentes combinaciones de colores, representan la pluralidad cultural y linguística del estado confederado, y los 21 colores del Hanan con los 21 colores del Urin, separados/unidos por los diagonales, nos presentan principios filosóficos inmanentes a nuestros pueblos indios andinos:

1. La “Igualdad en la Diferencia”, todos los pueblos somos diferentes por raza, cultura, lenguas, formas de vida, etc., pero ninguno es “superior” ni “inferior”, todos somos iguales bajo respeto mútuo.

2. La “Unidad en la Diversidad”, los pueblos diferentes podemos unirnos en un solo estado, bajo una organización unitaria o confederada, pero respetándonos y preservando nuestras diferencias.

3. La dualidad Hanan/Urin nos orienta concebir como unidad a la pareja, y no al indivíduo, y vislumbrar, además, el principio de “La Complementariedad de los Opuestos”.

En el mundo indio andino, sociedad, cultura y principios filosóficos están, pues, reflejados y representados en las formas de organización de los elementos de las Wiphala/Kumisi. Por eso, la importancia fundamental de este sagrado símbolo entre todos nosotros.

En Sarhua, aún se practica los opuestos complementarios, ello se ve en la división por ayllus de la comunidad.

Comunidad de Sarhua, en la que se intenta todavía continuar conla sapiencia heredada por nuestros ancestros.

(*) Infinitas gracias al Antropólogo Salvador Palomino Flores, un ser entrañable para los sarhuinos, por compartir su sapiencia.

(**) Presiona en cada imagen para que se amplíe.

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